Situación actual de la tercerización

En este capítulo trataremos de describir en parte la actual situación de esta industria, con miradas tanto desde el punto de vista del Mandante como del Contratista, y especialmente focalizándonos en el área de la industria minera, que es el campo que más conocemos.

Identificaremos cuáles son los aspectos que caracterizan una industria prestadora de servicio, para a continuación describir el estado del arte, a través de la visión de ambas partes que interactúan para este efecto. Y para este efecto, es aclaratorio preguntarse qué espera el Cliente cuando terceriza una determinada actividad.

  • Delegación efectiva del proceso involucrado.
  • Que el servicio agregue valor, o al menos, que no lo destruya.
  • Que el costo del servicio esté en rangos razonables.

Es importante destacar que en este análisis se acentúan los aspectos negativos de la relación Mandante Contratista, como una forma de facilitar que quede al descubierto los problemas más comunes, y consecuentemente se puedan crear mecanismos o acciones tendientes a neutralizar los principales inconvenientes.

a) Delegación efectiva del Proceso involucrado

Principio: Se requiere que la Tercerización cumpla con el objetivo primordial, esto es, que se haga cargo del proceso contratado dentro de los estándares mínimos exigidos y que no signifique distracción de los recursos internos.

Visión del Mandante: Reclama el poco empoderamiento que tiene el Contratista que le significa desviar recursos internos para sostener el nivel del servicio contratado.

Visión del Contratista: Reclama la intervención del Mandante en sus labores, con infracciones a la Ley de Subcontratación, asumiendo éste la tuición sobre sus recursos. Reclama además que la modalidad de contratos, en general, sigue siendo por requerimiento de recursos y no por objetivos asociados al servicio.

Algunos elementos que generan estas diferencias según las visiones de cada parte:

  • Contratos mal diseñados
  • Administradores no capacitados
  • Asignaciones mal realizadas
  • Controles equivocados

b) Que el servicio agregue valor, o al menos, que no lo destruya

Principio: Se requiere que la Tercerización entregue un servicio de mejor calidad que el que pudiere realizarse con el recurso interno. Esto estaría en línea con la supuesta capacidad del Contratista de desarrollar permanentemente su producto a un nivel de clase mundial.

Visión del Mandante: Reclama que el Contratista hace “más de lo mismo” y que su personal no tiene
la capacitación adecuada a las labores que se le encomiendan. Que su único aporte es entregar recursos, los que muchas veces los hereda del Contratista anterior, y que no invierte en el servicio. Que contrata una firma especializada en el tema, pero en los resultados del servicio esto no se ve reflejado para nada.

Visión del Contratista: Reclama que el monto contratado es al mínimo precio, y que el Cliente exige más de la cuenta, sin tener en consideración las rebajas y recortes que se hacen al momento del cierre de la Contratación. Adicionalmente, señala que el Mandante siempre está exigiendo más de lo que está pactado contractualmente. Y como la relación de fuerzas siempre beneficia al Mandante, el tema se presta para abusos.

Algunos elementos que generan estas diferencias según las visiones de cada parte:

  • Propiedad de las mejoras del contrato
  • Lealtad laboral del trabajador contratista
  • Incentivos contractuales

c) Que el costo del servicio esté en rangos razonables

Principio: Se requiere contratar un servicio que se ajuste a un presupuesto dado.

Visión del Mandante: Reclama la baja productividad del Contratista y sus altos costos, los que impactan en la rentabilidad de su negocio. Reclama además que las demandas de sus Trabajadores reflejan que la utilidad se la queda el Contratista en desmedro de los sueldos que recibe su personal.

Visión del Contratista: Reclama la intervención del Mandante en lo que respecta a los sueldos y bonos que reciben sus Trabajadores, lo que altera sus relaciones laborales y condicionan una falta de compromiso hacia la propia empresa, en contrario a una lealtad manifiesta hacia el Mandante.

Algunos elementos que generan estas diferencias según las visiones de las partes:

  • Costos directos versus costos globales
  • Flexibilidad para desarrollar mejoras

En estas tres visiones encontradas, respecto a las expectativas razonables que un Cliente pueda tener en relación a un servicio contratado, se concentra la generación de los variados y no pocos problemas que se dan actualmente en la industria de la tercerización. El desglose realizado, bastante resumido, se ha hecho sin plantear propuesta alguna de mejora, tarea que se posterga para el final de esta secuencia de artículos, y para cuando se espera que el Lector esté más sensibilizado con el tema en cuestión.

Un hito importante en la evolución de la industria de Subcontratación fue cuando se cambió la Ley que regula esta actividad (año 2002). En esa ocasión la industria tuvo una sacudida importante producto de la nueva legislación, la que básicamente incorporó aspectos de Subsidiariedad y Solidaridad que obligan al Mandante a velar por aspectos que son responsabilidad del Contratista, tanto desde el punto de vista laboral como legal. Si bien es cierto que esto ordenó el comportamiento de muchos actores de la industria, esta normativa introdujo una alta improductividad y enrareció las relaciones entre los Mandantes y los Contratistas.

Y respecto de la Ley Laboral, claramente ésta no está lo suficientemente adecuada a los tiempos ni a este modelo de negocio, toda vez que el tipo de contrato que se utiliza en el Outsourcing siempre de plazo fijo y la ley promueve una relación Mandante Trabajador como si se tratase de una relación permanente, similar a una fábrica convencional.

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